
Últimamente no sé que le sucede a mi entorno...pareciera que todos están en una mala racha que no se ve que tenga fin...y es así como lo único que se me ocurre hacer en estos momentos es escuchar y esperar.
¿Que por qué escuchar y no hablar? Bien, porque una vez escuche, mejor dicho, leí, que es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras, y lo peor es que esa persona tenía la boca llena de razón.
El silencio no es tan malo como parece, últimamente lo disfruto tanto, y lo mejor es que nadie sabe que estás pensando en algo porque no estás hablando, pero que no hables con ellos no significa que no hables contigo...¿o a caso me equivoco?
Las palabras tienen gran peso sobre nosotros, algunas harán eco mientras otras se las lleva la... hum, mejor el viento, si, mejor el viento; por eso opto guardar mis palabras, o por lo menos una gran parte de ellas.
Hoy necesitaba algo que me dijera, algún día pasara, pero con las palabras correctas y en el momento en que eran necesarias, y al parecer hoy las necesitaba porque llegaron a mi... Ocurra lo que ocurra, aún en el día más borroso las horas y el tiempo pasan...agradezco el día en que Shakespeare se le ocurrió esto. En realidad, estos últimos días mi vida ha parecido un novela escrita por su mismo puño...¿acaso estará jugando conmigo?
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